Después de un accidente de tráfico debemos apartar a la víctima del peligro y procurar que el accidente no sea más grave señalizando el lugar accidentado mediante los dispositivos diseñados para estos casos (triángulos de señalización).
Los primeros auxilios consisten en salvar la vida del accidentado y en otras ocasiones ayudarle a sobrellevar el dolor y las molestias ocasionadas. Sin embargo, tan trágico puede resultar no administrar los primeros auxilios como hacerlo mal. Por ello, es necesario contar con unos conocimientos previos antes de atender al accidentado ya que de lo contrario, podría empeorar el estado del accidentado. Asimismo, si no se sabe cómo actuar es mejor esperar a los profesionales sanitarios. De todos modos, en cualquier manipulación del accidentado debe evitar que se produzca una flexión del cuerpo.
Existen algunas nociones básicas que pueden resultar de mucha utilidad:
Nunca hay que intentar mover al herido sin con ello se sospecha que se le puede causar daño. De hecho, el único vehículo autorizado para trasladar al paciente es la ambulancia. Sin embargo, si el traslado debe efectuarse urgentemente puede realizarse en el interior de una camioneta o un vehículo con un interior espacioso que permita al accidentado tener el cuerpo estirado.
Por otro lado, si el accidente ha dejado a alguien inmovilizado en el interior del vehículo hay que desabrocharle el cinturón de seguridad y sacarlo del coche con cuidado sujetándole bien por la espalda y la cabeza.
Asimismo, a los motoristas nunca se les debe quitar el casco ya que si se ha producido alguna lesión en la cabeza la situación puede agravarse.
El botiquín es una herramienta básica en cualquier vehículo ya que conviene estar preparado por si se produce algún accidente. Así debe incluir: